1. ¿Quién es Locke?
Locke es un filósofo inglés
que desarrolla su obra en la segunda
mitad del siglo XVII.
Locke pone las bases del empirismo moderno, el empirismo subjetivo o idealista, que se
convertirá, junto con el racionalismo,
en una de las corrientes filosóficas dominantes en Europa hasta la aparición de
la obra kantiana.
Locke es, además, junto con Bayle y Newton, uno de
los iniciadores del movimiento ilustrado,
que dominará el panorama intelectual europeo del siglo XVIII.
Finalmente, Locke elabora la primera teoría política liberal, confrontada con el absolutismo,
y en la que aparecen algunas de las señas de identidad de los actuales estados
democráticos y de derecho: la separación
de poderes, el reconocimiento de derechos
individuales, la separación entre la
religión y el Estado, etcétera. A este respecto cabe decir que la teoría
política de Locke estuvo presente cuando se elaboró la Constitución de los Estados Unidos de América del Norte.
2. Algunos datos biográficos
Locke
nació en Wrington –perteneciente al
condado de Somerset, al suroeste de
Inglaterra-, en 1632. Sus padres fueron John
Locke, un abogado rural, y Agnes Keene.
Entre
1642 y 1646 se desarrolla la primera
guerra civil inglesa, en la que
participará John Locke padre,
combatiendo, como capitán de caballería, en el ejército parlamentario.
Con
catorce años Locke ingresa en la Westminster
School, donde permanecerá seis años. En 1652 se matricula en la Christ Church, un college perteneciente a la Universidad
de Oxford, donde recibe una formación escolástica, pero lee también a Descartes, Bacon, Hobbes y Gassendi.
En
1648 se inicia la segunda guerra civil
inglesa que termina, al año siguiente, con Carlos I acusado de traición y ajusticiado. A su muerte se instaura
la república.
En
1658 Locke obtiene el grado de maestro
en artes, tras lo cual es contratado como profesor de griego y ética en
Oxford. Allí conocerá a Robert Boyle
y a Isaac Newton, entre otros
científicos eminentes. Se interesa por la medicina y obtiene un permiso para
ejercer esa profesión debido a sus conocimientos.
Entretanto,
en 1660 Carlos II se impone a los
parlamentaristas y restaura la monarquía.
En
1667 Locke entra al servicio de Lord
Hashley, primer conde de Shaftesbury,
del que se hizo amigo y confidente. En 1672 Lord Hashley es nombrado Lord
canciller, lo que permite a Locke participar activamente en la vida política de
la época. Pero tres años más tarde Lord Hashley cae en desgracia y es
destituido. Locke se retira a Francia
donde permanece durante cerca de cuatro años.
En
1679 Lord Hashley vuelve a ocupar un
cargo y Locke regresa a Inglaterra poniéndose
de nuevo a su servicio.
Las
críticas del conde de Shaftesbury a la política de Carlos II le valen el ser
acusado de traición, por lo que se ve obligado a huir, refugiándose en Holanda.
Locke también acabó buscando refugio Holanda
(en 1683), permaneciendo en este país seis años, durante los cuales escribe
algunas de sus obras más importantes.
En
1685 muere Carlos II y le sucede su hermano, Jacobo II, que se había convertido al catolicismo y tomó medidas
para favorecer a esta religión. En 1688 se produce una revuelta contra Jocobo,
la Revolución Gloriosa, que acabó
con su derrocamiento y la entronización de Guillermo
II.
Tras
ser derrocados los Estuardo, Locke vuelve a Inglaterra. Es entonces cuando
publica sus obras fundamentales. En 1689 aparece publicada su Carta sobre la tolerancia. Al año
siguiente se publican los Dos tratados
sobre el gobierno civil, y su Ensayo
sobre el entendimiento humano, que puede ser considera su obra filosófica
más relevante.
Tras
la publicación del Ensayo, que
obtiene un enorme éxito, Locke continúa escribiendo, pero no producirá ninguna
obra con la influencia de las anteriores. Cabe mencionar los Pensamientos sobre la educación y una
serie de ensayos sobre la Racionalidad
del cristianismo.
Locke
falleció en 1704, en el castillo de Oates,
en Essex, donde había sido acogido
por sir Francis Masham y lady Damaris Cudworth Masham (admiradora de Locke, con la que este había mantenido una prolongada
amistad, y que es autora de dos escritos por los que se la considera una
precursora del movimiento feminista).
3. Antecedentes de
la filosofía de Locke
Recordemos que Francis
Bacon defiende la experimentación
como método para conocer las causas
de los fenómenos, con el objeto de dominarlos y poner la naturaleza a nuestro
servicio.
La experimentación
consiste, para Bacon, en aislar ciertas cualidades
que se quiere explicar. A continuación enumerar todos aquellos casos en los que
aparece esa cualidad, y aquellos en los que, siendo similares a los primeros,
no aparece esa cualidad. A partir de ahí, por inducción se alcanza lo que Bacon llama «forma general» que rige ese fenómeno. Bacon parece emplear el
término forma como sinónimo de ley.
En Bacon aparecen algunos elementos que jugarán un
papel importante en el nacimiento de la ciencia moderna, tales como la experimentación, la inducción, y la búsqueda de leyes, aunque falta un elemento decisivo,
la matematización.
Francis Bacon suele ser inscrito en cierta tradición empirista
inglesa, que arranca de Juan de
Salisbury, y continua con Roger
Bacon y Guillermo de Ockham.
Esta tradición empirista inglesa se caracteriza, y de ahí el nombre, por poner
el acento en la experiencia como
fuente de conocimiento.
Recordemos también que con Descartes se inicia el giro
idealista o subjetivista según el cual no se conoce directamente la
realidad sino tras su previa reducción a ideas
del entendimiento (ideas que, para Descartes, tendrán carácter matemático).
Recordemos, en tercer lugar, que Hobbes crea una potente teoría
política, cuyo objeto es explicar el origen y la finalidad del poder político,
del Estado. Esta teoría concluye en
una fundamentación del Estado
absolutista.
Pues bien, la síntesis de la tradición empirista inglesa y el idealismo cartesiano, dará origen a la teoría del conocimiento de Locke, caracterizada por sostener que
solo conocemos directamente la ideas
que encontramos en nuestra mente, pero que tales ideas solo pueden formarse a
partir de la experiencia. Nace, así,
el empirismo idealista o
subjetivista, que tendrá como continuadores a George Bekerley y David Hume.
La confrontación con el absolutismo, y, en concreto, con la teoría política de Hobbes, y la reelaboración de algunas
ideas ya presentes en la escolástica
española (especialmente en Francisco
Suárez), llevará a Locke a desarrollar su modelo liberal de Estado.
4. El problema y los límites del conocimiento
&1
Locke
admite, como Descartes, que todo conocimiento comienza por las ideas. Y Locke emplea el término «idea», al igual que Descartes, para
designar al contenido del pensamiento.
Ahora
bien, frente a Descartes Locke sostiene que no hay «ideas innatas». La mente es, al nacer, como una «tabla en blanco»,
en la que no hay nada escrito, y que se irá llenando con los contenidos dados
por la experiencia. (En esta crítica
a Descartes parece haber un malentendido, pues Descartes no dice en ningún
momento que al nacer el niño traiga consigo conocimiento alguno. Las ideas
innatas cartesianas no son ideas con las que venga la mente al nacer, sino
ideas construidas por la mente al margen de la experiencia).
Las
ideas vienen caracterizadas, pues, por dos rasgos: (1) Son el objeto «inmediato» de nuestro conocimiento o
percepción. (2) Son imágenes o «representaciones»
de la realidad exterior.
En
la formación de las ideas intervienen las siguientes facultades:
(1) La
percepción: es la forma más básica de conocimiento, es el acto por el
que el sujeto entra en posesión de los datos de la experiencia, en forma de
ideas.
(2) La
retención: es la capacidad que nos permite conservar las ideas
introducidas en la mente (contemplación), o reproducir las ideas que,
después de impresas en ella, desaparecieron (memoria).
(3) El
discernimiento: la capacidad que permite distinguir unas ideas de otras.
(4) La
comparación: la capacidad que nos permite formar las ideas de relación
(«más alto que», «ser padre de», etcétera).
(5) La
composición: es la capacidad que nos permite asociar unas ideas con otras (por ejemplo, la idea de «Minotauro»
surge por un proceso de composición de «hombre» y «toro»).
(6) La
abstracción: capacidad que nos permite separar las circunstancias individuales
de las ideas particulares, forjando así ideas universales («hombre», «toro»).
Esta facultad es privativa de la especie humana. El resto las comparte con
los animales.
&2
Las
ideas pueden ser: simples o compuestas.
(1) Las
ideas simples son aquellas que
proceden exclusivamente de la experiencia,
es decir, aquellas que el entendimiento recibe de modo totalmente pasivo. Estas ideas pueden ser de tres
tipos según su procedencia: de sensación,
de reflexión, o de sensación y reflexión.
(a) Las ideas de sensación son las obtenidas
a través de los sentidos externos. Locke distingue:
Aquellas
ideas obtenidas a través de un solo sentido: color, sonido, olor, etcétera, a
lo que denomina cualidades
secundarias, que tienen solo significación subjetiva (para el individuo
que siente).
Aquellas
obtenidas a través de varios sentidos: «extensión», «figura», y «movimiento»,
a las que denomina cualidades primarias,
que tienen un valor objetivo (son inseparables de los cuerpos).
La
sensación es la primera fuente de procedencia de las ideas, y la más básica,
las demás la presuponen.
(b) Las ideas de reflexión son aquellas que
proceden del mundo interno de la mente. Son ideas de reflexión
los conceptos del pensar, del querer y del desear.
(c) Las ideas de sensación y reflexión surgen
de la unión de sensación y reflexión. Son ideas tales como las de «agrado», «desagrado»,
«fuerza», «existencia».
(2) Las
ideas compuestas son elaboradas a
partir de las simples (conservadas por la retención y despertadas por la
memoria) mediante procesos llevados a cabo por el resto de las facultades
(discerniéndolas, comparándolas, componiéndolas y abstrayendo determinadas
notas). Se distribuyen en cuatro categorías: sustancias, modos, relaciones y universales. Veamos cómo se forman:
(a) La
idea de sustancia es la idea de una
cosa que puede existir en sí (un árbol concreto, un perro concreto, etcétera).
Esta concepción de la sustancia la toma Locke de Aristóteles y la escolástica.
Ahora
bien, según los presupuestos empiristas del propio Locke solo conocemos sensaciones (colores, olores, sabores,
etcétera) a través de nuestros sentidos. No tenemos sensación de
sustancia alguna. ¿Cómo se llega, entonces, desde esas sensaciones a la idea de
una sustancia?
Según
Locke el entendimiento, haciendo uso de su capacidad de componer, agrupa aquellas ideas simples que suelen aparecer unidas
(tales como unas determinadas figuras, una gama de colores, de olores,
etcétera), constituyendo una idea
compleja (como, por ejemplo, la idea de «este perro»).
No
obstante esa idea compleja sigue siendo un conjunto de ideas simples, no aparece
por ningún lado la sustancia, esto es, la cosa, en la que van insertadas las
cualidades captadas por los sentidos. Locke reconoce este hecho pero se ve
obligado a decir que la sustancia es algo necesario, dado que tiene que haber
un soporte en el que se hallen las
cualidades (ideas simples), o los modos, aunque sea incognoscible.
(b) Los modos son las ideas complejas
de cosas que no pueden subsistir por sí. Los modos son, por tanto, estados y propiedades de cosas y procesos
que, en cuanto tales, solo se dan en la sustancia. En este sentido, son algo
similar a lo que la metafísica aristotélico-escolástica llamaba accidentes.
(c) Las
ideas de relaciones proceden de la comparación
de ideas simples. Entre ellas la relación causal
y la relación de identidad.
(d) La
ideas de universales, al igual que
las demás ideas complejas, surgen de una operación del entendimiento, el cual
por abstracción unifica una
colección de ideas en una sola (ejemplo: «hombre»).
&3
La verdad puede ser entendida como «verdad
de las cosas» y «verdad del entendimiento». La verdad de las cosas
consiste en que las cosas se nos den, se nos hagan patentes. Pero la verdad en
sentido pleno es la verdad que se da en el entendimiento que elabora juicios,
la verdad entendida como adecuación
o correspondencia. El conocimiento
es la percepción de la correspondencia o no correspondencia entre ideas, y se
expresa mediante el juicio.
Locke
distingue tres grados de conocimiento
de más a menos perfecto: intuición, demostración y sensación.
La intuición consiste en el conocimiento
directo de nuestras ideas. A través de la intuición obtenemos la certeza
de nuestra propia existencia y el conocimiento de los elementos simples de las
matemáticas. Constituye la forma básica de conocimiento
La demostración es el segundo grado de
conocimiento. Locke se sirve de la demostración para llegar a la existencia
de Dios (según Locke es necesaria una causa del mundo).
La sensación es la información obtenida a
través de los sentidos, procedente
del mundo corpóreo.
Aunque
Locke hace de la sensación la forma
inferior de conocimiento sostiene, no obstante, que el conocimiento no puede ir
más allá de la experiencia. Tiene, por lo tanto, que desenvolverse dentro de
los límites marcados por aquellos conocimientos que se resuelven en sus elementos
primarios: las ideas simples. Además
el conocimiento cierto se da allí
donde el entendimiento humano es pasivo: en la percepción de las ideas
simples; pero no allí donde es activo: en la elaboración de las ideas
complejas.
&4
Locke,
siguiendo a Descartes, diferencia
tres ámbitos en la realidad, tres tipos de sustancias: el yo, Dios
y los cuerpos.
De
la existencia del yo tenemos certeza
intuitiva (Locke sigue en esto a Descartes): mi propia existencia aparece
en mi mente con una idea clara y distinta.
De
la de existencia Dios tenemos certeza demostrativa:
todo lo que existe, existe por una causa, pero no puede haber una cadena
infinita de causas, luego tiene que haber una primera causa. Aquí Locke
reproduce la argumentación de Tomás de
Aquino, partiendo de la experiencia y atendiendo al principio de causalidad
se remonta a una causa primer incausada.
De
la existencia de los cuerpos tenemos certeza
sensitiva: esto es, si tenemos sensaciones es que son producidas por algo (con
lo que de nuevo se recurre a un principio causal).
5. La política
&1
Locke
parte, como ya habían hecho los estoicos, los escolásticos, etcétera, de la
existencia del derecho natural. Este
derecho natural se identificaría con la ley
divina, es decir, tiene su origen en Dios.
Considera
también que el origen de todo poder
se halla en Dios. Pero frente a ciertas concepciones absolutistas considera (al
igual que ya lo habían hecho ciertos pensadores escolásticos, como Francisco Suárez) que son los hombres,
los ciudadanos, los encargados de elegir el depositario de ese poder, mediante
un contrato social.
&2
Antes
de la creación de un poder político los hombres se hallarían en una situación
que denomina, de modo similar a la escolástica española, pero apropiándose de
la terminología de Hobbes, «estado de
naturaleza». Tal estado de
naturaleza se caracterizaría, según Locke, por:
(1)
Los individuos están en posesión de unos derechos naturales, que serían, como ya hemos dicho, dados por
Dios. Estos son: el derecho a
la propia vida, a la libertad, a
la propiedad y el derecho a castigar a quienes infrinjan estos
derechos.
Que
uno de los derechos fundamentales del individuo, de sus «derechos naturales»,
sea el derecho a la propiedad casa
perfectamente con los intereses de la burguesía ascendente de la época, lo
que explica básicamente el enorme éxito de la teoría política lockeana
(2)
Los hombres son seres racionales, y, por lo tanto, libres. La
razón, que también es dada por Dios, le sirve a los hombres, entre otras cosas,
para conocer sus derechos naturales.
(3)
El estado de naturaleza no es un estado de guerra, como sostenía Hobbes, sino
un estado en el que los hombres, guiados por su razón, conviven en régimen de
igualdad y libertad. De esta convivencia surge una sociedad civil, previa a la existencia
del Estado.
&3
Dado
que, para Locke, el estado de naturaleza no está gobernado por los conflictos
sino por la concordia ¿qué es lo que
lleva a los humanos a abandonar dicho estado para constituir un Estado?
Según
Locke todo surge como consecuencia del derecho
de propiedad: en un principio los hombres llevaban una vida muy simple. En
este nivel de desarrollo las propiedades que los seres humanos poseen se
limitan a unos pocos bienes elementales que comparten entre sí para
facilitar la supervivencia. Pero, a medida que se desarrolla la producción de
bienes, aparecen las desigualdades económicas
entre quienes apenas tienen propiedades y quienes las poseen en abundancia. De
ahí que los intereses humanos (que al principio todos compartían, porque se
limitaban a intentar sobrevivir) entran ahora en conflicto.
Por
ello se hace necesario establecer un poder
imparcial que intervenga (a través del establecimiento de leyes y del
poder coercitivo) cada vez que no se respetan los derechos de los individuos.
Tal poder surge de un pacto o contrato social.
Por
lo tanto, el Estado se crea con dos
objetivos: (1) Defender mejor los derechos naturales de los individuos,
castigando a quienes, ocasionalmente, los conculquen. (2) Mediar en caso de
conflicto de intereses.
Aparece
así desarrollada (siguiendo algo ya expuesto por el filósofo y teólogo escolástico
español Francisco Suárez, pero que no aparece en Hobbes) la idea de un doble contrato: un primer contrato
por el que los seres humanos producen la sociedad civil, y un segundo contrato
por el que desarrollan una sociedad política.
&4
El
poder político surge pues de un pacto o contrato
social (o se legitima en la medida en que es fruto de un pacto o contrato
social). Ahora bien, el contrato no legitima la creación de un poder absoluto (tal como sostenía Hobbes). Porque entonces la relación
entre ese poder y los ciudadanos es la que existiría en estado de naturaleza
entre dos fuerzas desiguales tal que una pudiese abusar de la otra.
El
poder político que sale del contrato social, con el que Locke pone las bases
del Estado liberal, se caracteriza
por:
(1) Separación entre sociedad civil y Estado.
Para Hobbes sociedad civil y Estado se identifican. Locke admite la existencia
de una sociedad civil anterior a la
creación del Estado. En todo caso,
tanto Locke como los defensores del liberalismo posteriores, establecen una
diferenciación clara entre ambos. Así, para Adam Smith, la sociedad civil surge como un entramado de intereses
económicos, por lo que acaba siendo identificada con el mercado
(entendiendo mercado en un sentido amplio: esto es, el ámbito de intercambio
de productos para satisfacer necesidades del tipo que sean). La sociedad
civil surge, por lo tanto, de las interrelaciones de los individuos movidos por
sus intereses.
(2) Los
poderes del Estado deben ser limitados.
La satisfacción de las necesidades se lleva a cabo en el seno de la sociedad
civil, por lo que el Estado debe dejar la máxima libertad posible para su
desarrollo. En consecuencia, hay que
poner límites al poder del Estado.
Para ello se establecerá una separación entre diversos poderes en el Estado.
Locke defenderá la separación entre el poder legislativo, el ejecutivo-judicial,
y el federativo. (Posteriormente Montesquieu defenderá la separación
entre poder legislativo, ejecutivo y judicial, características de nuestros
actuales Estados democráticos y de derecho.)
(3)
El Estado está únicamente para solucionar
los conflictos entre los individuos. La sociedad civil surge para dar satisfacción a los intereses de los
individuos. Pero dado que los intereses de los individuos pueden entrar en
conflicto se hace necesaria una instancia que armonice esos intereses, de ahí
surge el Estado.
(4) Puesto
que el poder es recibido del pueblo,
este tiene siempre el derecho a rebelarse contra la
tiranía y contra cualquier político que se exceda de sus límites. Derecho este
que va también en contra de las tesis de los teóricos del absolutismo (Hobbes,
Bossuet, etcétera), pero que había sido defendido por algunos pensadores
relevantes de la escolástica española.
6. El problema religioso
Locke
defiende las posiciones deístas y la religión natural (que tiene
antecedentes en el humanismo renacentista). La razón humana es autosuficiente, la revelación carece
de valor, así como toda forma de positivismo religioso. Como consecuencia
intenta una fundamentación racional del cristianismo. Para Locke, el
cristianismo es racional en un doble sentido: (1) En tanto su contenido se deja
comprender por la razón. (2) En tanto que la razón, puesto que es dada por
Dios, es una forma natural de revelación, a través de la cual Dios comunica
a los hombres la parte de la verdad que ha puesto al alcance de sus facultades
naturales.
La
función del Estado es velar por la vida, integridad física, libertad y
propiedades de los hombres, pero no, en absoluto, por la salvación de su alma, por lo que las cuestiones religiosas caen
fuera de la soberanía del Estado y este ha de garantizar, eso sí, la libertad
de cultos.
Por
otro lado, critica las religiones
positivas, es decir, todo lo que constituye la manifestación física e histórica
de la religión, y está en contra de los ritos, dogmas, milagros, y todo tipo de
supercherías religiosas.
(Este
distinción entre «religión natural» y «superchería» religiosa, le permite mantenerse
en una ambigua posición; muy frecuente, por otro lado, en el mundo protestante:
consiste en que, al mismo tiempo que defiende la tolerancia religiosa,
justifica las restricciones a la práctica del catolicismo).
7. Locke en la historia del pensamiento
Con Locke
aparece en escena una corriente de pensamiento que se conoce como empirismo
idealista o subjetivo (o empirismo, a secas) que se convertirá en la corriente
filosófica dominante en las Islas
Británicas hasta finales del siglo XVIII al menos.
Los empiristas
parten de que todo nuestro conocimiento proviene de la experiencia. De ahí el
nombre de esta corriente. Invierten, por lo tanto, la perspectiva racionalista, la cual partía de que
solo podemos tener certeza acerca de aquello que construye el propio entendimiento.
No obstante, comparten con los racionalistas
la tesis de que el entendimiento solo conoce directamente las ideas (producidas, en este caso, por
las impresiones). De ese doble punto de partida se derivan
toda una serie de consecuencias:
(1) Dado que todo
conocimiento proviene de la experiencia, los empiristas, empezando por Locke, niegan
la existencia de ideas innatas.
(2) Al igual que los racionalistas, conciben
la verdad, ante todo, como certeza.
Ahora bien, para los racionalistas la certeza se produce cuando el
entendimiento es activo, es decir,
cuando construye por sí mismo las ideas que maneja. Al hacerlo así tales ideas
aparecen como claras y distintas. Por el contrario, para los empiristas la certeza
se produce cuando el entendimiento es pasivo,
y se limita a recibir los datos de la experiencia tal como vienen.
(3) Al igual que los racionalistas consideran
que el ser de las cosas se da en la
conciencia, una característica que define a toda la filosofía moderna. No
hay, por lo tanto, acceso a las cosas «en sí», pues aun en el caso de que
existan tales cosas en sí solo podrán ser conocidas a partir de sus representaciones mentales (las ideas producidas por las sensaciones o impresiones).
(4) Las ideas son captadas en una intuición empírica interna.
Recordemos que, para los escolásticos, el conocimiento de las ideas universales, en las que se funda el conocimiento, es obtenido
por el entendimiento mediante abstracción.
Pero Ockham, Bacon, y otros filósofos a los que se suele incluir en dentro de la
gran corriente del empirismo inglés, rechazan la abstracción y sostienen que el
conocimiento comienza con una captación directa de los individuos (lo que
denominamos una intuición empírica).
Posteriormente, Descartes sostendrá que el
conocimiento comienza con la captación directa de las ideas construidas por el
propio entendimiento (lo que denominamos una intuición intelectual).
Locke sostiene que el conocimiento comienza
con la captación directa de las ideas en la mente del individuo (de modo
similar a Descartes). Pero tales ideas proceden de la experiencia. Por ello, se
dice que, para Locke -y el resto de los empiristas modernos que le sigue en
esto-, el conocimiento comienza con una intuición
empírica interna.
Intuiciones
empíricas externas son aquellas en las que lo intuido son los
individuos o las cualidades de las cosas del mundo. Tales intuiciones
constituyen el fundamento de todo conocimiento para Ockham y Bacon, dando
origen a lo que se conoce como empirismo
objetivo. Intuiciones empíricas
internas son aquellas en que lo intuido son las huellas que las sensaciones
sensibles dejan en la mente. Constituyen el fundamento de todo conocimiento
para Locke, Berkeley y Hume, entre otros, dando origen a lo que se conoce como empirismo subjetivo o idealista.
(5) Los racionalistas consideraban a las matemáticas el modelo de saber (dado
que las matemáticas son desarrolladas por la razón sin necesidad de la
experiencia). Frente a los racionalistas, los empiristas consideran que las
matemáticas se limitan a relacionar ideas entre sí, pero no dicen nada acerca
de la existencia de sus objetos, acerca de la experiencia. Por ello consideran
a la física como modelo de ciencia,
dado que la física trabaja sobre
cuerpos, cuyas ideas pueden ser representadas en imágenes, mientras que las
matemáticas trabajan con ideas abstractas o con puros signos. Además la
física necesita de la contrastación empírica, por lo que sus hipótesis se construyen
en relación al mundo de la experiencia.
(6) Se interesan más por el valor
técnico-práctico del conocimiento,
orientado a la resolución de los problemas humanos, que por el conocimiento
en sí. Por ello, los empiristas prestan especial atención a los problemas de
tipo ético, político y religioso.
(7) Al negar la existencia de ideas innatas,
todo conocimiento ha de ir de la experiencia a sus principios (o leyes).
Por eso, por lo general anteponen el método analítico-inductivo al
sintético deductivo.
Esto es aceptado por Locke, pero no por Hume,
el más destacado representante del empirismo, que rechazará la validez del
cualquier método.
(8) Locke
atribuye sentido a la idea de sustancia,
que define, además, según la tradición escolástica. Pero tal idea no puede ser
justificada a partir de sus propios presupuestos empiristas, según los cuales
toda idea ha de proceder de la experiencia.
Por ello era cuestión de tiempo que dentro del
movimiento empirista tal idea fuese rechazada, lo que hará Hume, el más profundo y coherente de los empiristas modernos.
(9) Locke
acepta también la existencia de los tres tipos de sustancias cartesianas: las almas, Dios y los cuerpos. Pero
el rechazo de la idea de sustancia lleva a Hume
a negar que se pueda demostrar la existencia de cosas tales como el alma, Dios
o los cuerpos entendidos como sustancias extensas. Hume se convertirá, por
ello, en el primer gran crítico de la metafísica.
Locke juega también un papel determinante en
la aparición del movimiento ilustrado
(suele ser considerado, junto con el escritor y filósofo francés Pierre Bayle, y el físico y matemático
inglés Isaac Newton, uno de los
fundadores de dicho movimiento).
Así, el intento de dar un fundamento racional
al Estado, y su defensa de la tolerancia
religiosa (un tanto nebulosa) serán elementos claves de todo el pensamiento
ilustrado.
Finalmente, Locke desarrolla el primer modelo
de Estado liberal, sin el que sería
inconcebible el desarrollo posterior de las democracias modernas.
Bibliografía
-Abbagnano, Nicola: Historia
de la filosofía. SARPE, S. A. Barcelona, 1988.
-Copleston, Frederick: Historia de la filosofía. Ariel. Barcelona, 1989.
-García Borrón, Juan Carlos: Empirismo e ilustración inglesa. Editorial Cincel, S. A. Madrid,
1985.
-González Gallego, Agustín: Locke, empirismo y experiencia. Montesinos Editor, S. A. Badalona,
1984.
-Locke, John: Ensayo
sobre el entendimiento humano. Editorial SARPE, S. A. Madrid, 1984.
Locke, John: Ensayo
sobre el gobierno civil. Ediciones Orbis, S. A. Barcelona, 1983.
-O´Connor,
D. J. (comp.): Historia crítica de la
filosofía occidental. Ediciones Paidós Ibérica, S. A. Barcelona, 1983.
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Lago.
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